ERES RESILIENTE EN EL TRABAJO?

¿Eres "resiliente" en tu trabajo?

Seguramente habrás oído alguna vez el término "resiliencia". Es una palabra que se ha popularizado recientemente en muchos ámbitos, también en el laboral: ¿Quieres saber qué significado y qué importancia tiene? ¿Quieres conocer algunas pautas para ver si te reconoces como una persona resiliente?

¿Qué es la resiliencia?

"Resiliencia" es la capacidad de enfrentarse a problemas o situaciones adversas y no solo solucionarlos sino salir fortalecido de ellos. Este término tiene su origen en el campo de la Física donde hace referencia a la capacidad de un cuerpo de recuperar su forma original después de un impacto o deformación.

Es una cualidad muy importante a nivel personal pero también en la vida laboral, porque te permite estar preparado/a para aprovechar conflictos y debilidades como fuente de oportunidad y desarrollo, aprendiendo del proceso de cambio que conllevan.

¿En qué puestos es importante la resiliencia?

Con un mundo laboral cada vez más complejo y en un entorno de incertidumbre y constantes cambios, los empleados/as tenemos que hacer frente, hoy más que nunca, a problemas, imprevistos, novedades… Cómo se afronten va a depender de la resiliencia que seamos capaces de desarrollar.

La resiliencia se necesita en todos los puestos de trabajo pues en todos existen riesgos psicosociales, bien sea por falta de autonomía, conflicto de rol, conflictos interpersonales, monotonía, aumento de la carga mental, etc. Sin embargo, es bien cierto que en aquellos puestos en los que se vela por el cuidado y la seguridad de los demás o se trata con  personas en contextos especiales, la resiliencia cobra mayor importancia. Es el caso de puestos como bomberos, policías, personal sanitario y de servicios sociales... donde los trabajadores/as que los conforman se enfrentan a situaciones significativamente estresantes.

¿Cómo saber si soy resiliente en mi trabajo?

Nolly Cole (psicoterapeuta, coaching y asesora de la ONU) brinda cinco pautas para que te evalúes y te reconozcas como una persona resiliente:

1) Te adaptas rápido al cambio.- Eres una persona que, pese al aumento de la presión en el trabajo, eres capaz de aceptar las condiciones y adaptarte de manera natural. Tienes miedos, pero destacas por tu capacidad para superarlos.

2) Aprovechas las crisis.- Identificas las crisis como una oportunidad de aprendizaje y de utilizar competencias que no habías descubierto. De esta manera, a través de tu ejemplo, ayudas al resto del equipo a aceptar el cambio.

3) Superas el fracaso.- Se piensa que ser una persona resiliente implica no haber experimentado momentos frustrantes, no haberse visto perdido/a, avergonzado/a o humillado/a; por el contrario, las personas resilientes aprendieron a canalizar estos sentimientos y los gestionan de manera constructiva fortaleciendo sus habilidades.

4) Eres perseverante.- Te caes, reconoces que necesitas de los demás y continúas con la formación de competencias emocionales como la madurez, el desarrollo, la compasión y sobre todo la capacidad de conectarte contigo y con los demás.

5) Favoreces la convivencia en la organización.-  No solo en la superación de tu trabajo en el día a día, sino que promueves un buen clima laboral. El contar con personas resilientes permite a la organización ser más eficiente pero también más humana y más integradora.

Por último, tres reflexiones para recordar:

§  La resiliencia no es una característica que la gente tiene o no tiene. Incluye conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas y desarrolladas por cualquier persona.

§  Las personas resilientes no nacen, se hacen. Esto significa que han tenido que luchar ante situaciones adversas o que han probado varias veces el sabor del fracaso y no se han dado por vencidas. Al encontrarse frente a una situación límite, han dado lo mejor de sí y han desarrollado las habilidades necesarias para enfrentarse a los diferentes retos de la vida.

§  Por tanto, si no te has identificado como una persona resiliente, tienes la oportunidad de aprender a serlo. Lo importante es ser consciente de las limitaciones y a partir de ellas desarrollar tus habilidades.